Por André Abeledo Fernández

Sept. 12/21.- Una sociedad donde la tasa de muertes por suicidio triplica la de las muertes en accidentes de tráfico, es una sociedad enferma e insana.

Pero cuando además esa sociedad da la espalda al problema y no trata por todos los medios de buscar una solución, ya no sólo es una sociedad enferma e insana, también es una sociedad sin empatía dirigida por psicopatas.

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No hablar del tema no hace que el drama y esconder esta dramática situación no hace que desaparezca, esconder los problemas debajo de la alfombra no es una solución.

Trabajadores sobre explotados y llenos de incertidumbre, parados de larga duración sin esperanza, familias endeudadas, destrozadas por la crisis, desahucios, injusticias y abusos por doquier son el caldo de cultivo de la enfermedad física y mental.

A esto debemos sumar los recortes en una sanidad ya al límite, una sanidad donde la salud mental siempre a sido de tercera categoría y una Pandemia que lo a complicado todo aún más.

Ahora que supuestamente tenemos un gobierno de progreso es hora de apostar por una sanidad pública de calidad y con recursos, es urgente invertir en salud mental.

De no hacerlo, de seguir escondiendo y ocultando el problema, el drama de los suicidios y de los enfermos mentales, entonces ya no hablaríamos de un problema de salud, sino de un genocidio encubierto, porque la salud también va por clases sociales, es el pobre quien no se puede permitir el psicólogo o el psiquiatra de pago.

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